E+A Arquitectos
Estudio de Arquitectura y Construcción
Artículo elaborado por: Arq. Ana Cinthia Narvaez Bravo
El desarrollo humano se considera en la actualidad como el proceso por el que una sociedad mejora las condiciones de vida de sus ciudadanos, a través de un incremento de los bienes con los que puede cubrir sus necesidades básicas y complementarias, así como de creación de un entorno en el que se respeten los derechos humanos. También puede definirse como una forma de medir la calidad de vida de la gente en el medio en el que se desenvuelven.
Sin embargo, para que el desarrollo humano se lleve a cabo, es necesario que se cuente con una excelente arquitectura, definiendo a esta última, “como el arte cuyo fin es crear espacios con sentido donde se puedan desarrollar todo tipo de actividades”. Hablando de la arquitectura, como aquella que ofrece la comodidad de tener un espacio habitable y seguro, veremos cómo ésta juega un papel muy importante dentro de la sociedad, y podemos tomar nuestra ciudad como ejemplo. Las construcciones elaboradas muchas veces no son las más apropiadas: por las zonas, calidad de elementos estructurales, acabados, y sobre todo, las dimensiones de los espacios.
Así es como pretendemos resaltar los beneficios que determinan el uso correcto de los materiales de una construcción y el buen funcionamiento de la arquitectura, para que la sociedad pueda tener un gran desarrollo, tanto humano como financiero.
Vivimos una bonanza económica y cultural, pero socialmente tenemos una pérdida de interrelaciones sociales que dan paso al individualismo, dejando así de convivir como sociedad. El problema social ocurre por la falta de espacios físicos comunitarios que den oportunidades de una mejor calidad de vida a los habitantes y que, a su vez, prevengan a la gente de caer en vicios y malos hábitos.
Generar una arquitectura social permite mantener una dinámica constante en relación a las necesidades que presente la sociedad. Dicha sociedad condiciona el espacio físico, que influye directamente en las actividades del comportamiento humano. Este último es la base de nuestro desarrollo sustentable en la vida.
Uno de los principales retos que enfrenta México respecto al desarrollo sustentable, es incluirlo como uno de los elementos de la competitividad y progreso económico y social. Sólo así se puede alcanzar un desarrollo sustentable. Desafortunadamente, los esfuerzos de conservación de los recursos naturales y ecosistemas suelen verse obstaculizados por un círculo vicioso que incluye pobreza, agotamiento de los recursos naturales, deterioro ambiental y más pobreza.
Dicho proceso y un equilibrio entre el medio ambiente y desarrollo sustentable, requiere así de una estrecha coordinación de las políticas públicas en el mediano y largo plazo. Ésta es una premisa fundamental para el Gobierno Federal dada a conocer en el Plan Nacional de Desarrollo, que se traduce en esfuerzos significativos para mejorar la coordinación interinstitucional y la integración intersectorial. La sustentabilidad ambiental es así un criterio rector en el fomento de las actividades productivas, por lo que, en la toma de decisiones sobre inversión, producción y políticas públicas, se incorporan consideraciones de impacto y riesgo ambientales, así como de uso eficiente y racional de los recursos naturales.
